EL GALLO
El gallo doméstico (Gallos domesticus) parece
ser oriundo del sur de Asia y derivar de las gallináceas de la selva. Hace unos
6.000 años existían ya ejemplares domesticados, y los actuales gallos de pelea
son bastante parecidos a los antecesores de estas aves.
En los grupos de gallinas existe una especie de
jerarquía que se manifiesta por medio de picotazos, y las gallinas con más
rango se permiten picotear a las de categorías inferiores. El gallo, por su
parte, tiene la prerrogativa de picotear a todo el gallinero, aunque mantiene
con los otros gallos una jerarquía independiente.
El
método más moderno para criar gallinas consiste en ponerlas en jaulas de
alambre dispuestas unas encima de otras. De esta forma, las aves nunca pisan el
suelo ni salen al exterior.
Las
aves que se crían para carne suelen venderse, bien como pollos de uno y medio a
tres meses, con un peso de 1 a 1,5 kg, o bien de cuatro a ocho meses, cuando
suelen pesar de 1,5 a 2,5 kg.
La
mayor parte de los huevos vendidos para el consumo no están fecundados, por lo
que no es posible incubarlos ni que de ellos salgan pollitos. Las gallinas del
tipo mediterráneo, como son las Legón, ponen huevos de color blanco, mientras
que los huevos de otros tipos tienen la cáscara de color castaño. Por lo
general, el color de la cáscara se vuelve algo más oscuro conforme se acerca el
fin del período durante el cual la gallina puede poner huevos; de ahí que los
huevos de las pollitas sean más blancos que los de las gallinas de más edad. En
lo concerniente a la yema, su color tiene relación con el alimento que el ave
ingiere: cuanto más verde el forraje, más oscura la yema.
El
consumo actual de aves y huevos, en algunos países, es enorme.
esta chevre
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